Reseña de
aquel histórico primer recital de ALMAFUERTE realizada por Cesar Fuentes
Rodríguez.
-Para la
mayoría de las bandas nacionales las palabras representan apenas un trámite
engorroso que consiste en rellenar más o menos decorosamente los sonidos con fonemas
viables. Ricardo Iorio, sobre todo desde Hermética, transformó esa desventaja
en su punto fuerte. La definición es simple: tiene cosas para decir y consigue
comunicarlas de manera explosiva y poética al mismo tiempo. Creo yo que por
este lado se resuelven las dudas acerca de su nuevo rol de cantante solista,
comprometido con el mensaje y su particular expresión, esta vez sin
intermediarios. La voz ronca, ruda, inculta del ex –V8 tuvo por momentos menos
de canto que de recitado, pero encontró acentos y matices muchos más sentidos
que en sus otrora contadas intervenciones para Hermética. Vayamos por partes.
La expectativa era grande el 17/3 y el reducto de Cochabamba al 400 estaba
hasta las manos. Abrió Asesino Violeta con su thrash primario recogiendo del
público más signos de impaciencia que de aprobación. Casi enseguida y sin
ceremonias, Ricardo impuso su presencia en el escenario. En los primeros
compases se disiparon todas las incógnitas. ¡Almafuerte es una maza! El
guitarrista Claudio Marciello (ex–Tronador y el Reloj) se convirtió rápidamente
en una revelación ante los ojos y oídos de un público que luego de apenas dos
temas cambió el fervor del pogo por una entusiasmada atención, mientras que el
baterista Claudio Cardacci sostenía el ritmo sin problemas. El repertorio
abarcó lo predecible: aquellas canciones que Iorio solía cantar íntegramente en
Hermética (exceptuando “Olvídalo Y Volverá Por Más” y el reclamado
“Cambalache”), aunque también alguna de las que entonaba O’ Connor, (“Buscando
Razón” a la cabeza), y la infaltable “Destrucción”. En lo tocante a los temas
nuevos y de primera oída, el material promete maravillas; “El Pibe Tigre”,
repetida en el bis, y “Canto Indiano” definitivamente me conmovieron. Puede que
Ricardo no sepa cantar, como él mismo reconoce, pero ha desarrollado un
magnetismo innegable al desgranar sus letras. Un tema de José Larralde, el
tango “Desencuentro” interpretado con formidables arreglos de viola, “No
Enloqueceré” de V8 y el flamante “Como Los Bueyes” ( de la pluma de Pedro B.
Palacios) arrasaron con los reparos en tanto que Iorio prodigaba sus latigazos
verbales, entre broncas y resentimientos, aprovechando la permanente proximidad
del micrófono. La iracunda expresión con que se aferra a su bajo y el discurso
tan pronto transgresor como demagogo, no tardarán en granjearle nuevamente
multitudes mayores que la congregada en Arpegios durante dos fechas de Marzo,
ante todo de la mano de un grupo que parece tener lo que hace falta y más
también. Para ser una banda que pretende-
Cesar
Fuentes Rodríguez
Muchas cosas se pueden decir de CFR, pero realmente como periodista se supera, hizo esta cobertura en mismo año en el cual loro vino a donde vivo y vendió 10 entradas, nunca se me hubiera ocurrido anticipar una vuelta a la masividad de facho y sus músicos (mal) pagados para estar unos meses en su banda
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